Uno de los avances más importantes en el ámbito forense fue el examen de ADN, pues la capacidad de asociar el material genético de un sospechoso con muestras recogidas de un lugar donde ocurrió un crimen ha permitido resolver una gran cantidad de casos estas ultimas décadas.
Sin embargo, el examen genético tenía —hasta ahora— un pequeño flanco débil: Si bien es sencillo determinar si el ADN de dos muestras distintas corresponde a la misma persona, ¿que sucede cuando dos personas comparten el mismo ADN como ocurre con los hermanos gemelos?
La probabilidad de que un examen genético determine que el ADN de dos personas coincide sin estar relacionadas entre sí es de uno en mil millones de casos. Cuando dos personas son hermanos, este margen de error aumenta a uno en diez mil casos. Los hermanos gemelos de por sí comparten el mismo material genético, lo que puede ser problemático a la hora de presentarse un examen de ADN como prueba judicial ante un tribunal.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Huddersfield publicó un estudio donde aseguran haber encontrado una técnica que sería capaz de diferenciar el ADN de gemelos idénticos.
Si bien se han propuesto métodos para distinguir el ADN de gemelos, éstos eran sumamente caros y lentos pues consistían en secuenciar el ADN completo de ambos gemelos para así identificar las mutaciones que le podrían haber ocurrido a uno de ellos.
La técnica de los académicos se basa en la metilación del ADN humano, el mecanismo que hace que ciertos genes se activen o no sin producir una alteración en la secuencia del ADN.
A medida que dos hermanos gemelos envejecen, pueden realizar un sinnúmero de acciones que produce cambios mediante la metilación, como por ejemplo comenzar a fumar cigarrillos, o que uno ingrese a un trabajo de oficina y el otro a un trabajo en exteriores.
El análisis de los investigadores consistiría en someter las muestras de ADN a temperaturas cada vez mayores hasta que comiencen a romperse sus enlaces de hidrógeno, y como las dos secuencias de ADN deberían tener diferentes grados de metilación, ésto se expresaría en que se romperían a temperaturas diferentes —lo que puede ser medido— permitiendo así establecer la diferencia entre dos gemelos idénticos.
Los investigadores también están concientes de que su técnica también tiene ciertas limitaciones. Por ejemplo, sería difícil diferenciar dos gemelos muy jóvenes, o que hayan sido criados en entornos demasiado similares como para diferenciarse. Finalmente, también está el problema que se requiere de una gran cantidad de muestras, algo que no siempre estará disponible si se utiliza para la investigación forense.
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