Una batalla importante se está llevando a cabo entre el Gobierno de Estados Unidos y Apple. Desde hace semanas que las autoridades intentan que los fabricantes de celulares permitan acceder a información personal en los teléfonos de personas implicadas en algún delito. Apple se ha negado, argumentando que no puede poner en riesgo la seguridad de sus usuarios al vulnerar el cifrado.
La batalla ha dado un giro importante, ya que el FBI ha solicitado a Apple que instale un backdoor en iOS para poder acceder al teléfono de un implicado en el caso de San Bernardino. El FBI propone usar un estatuto federal que data de 1789 para asegurarse que Apple cumpla con la petición.
Si bien la petición se centra en un solo teléfono (el caso San Bernardino), la creación de un backdoor para iOS abriría la puerta para espiar a cualquier usuario de iPhone.
La respuesta no se ha hecho esperar y en una carta dirigida a sus usuarios, Tim Cook — CEO de Apple — menciona los peligros que acarrea el darle seguimiento a esta petición:
Construir una versión de iOS que se salte la seguridad, sin duda alguna crearía una puerta trasera. Y aunque el gobierno pueda argumentar que su uso estaría limitado a este caso (San Bernardino), no hay ningun modo de garantizar dicho control.
Cook dice que una vez creada esta llave para desbloquear los datos, la técnica podría replicarse una y otra vez en todos los dispositivos.
El gobierno le pide a Apple que hackeemos a nuestros propios usuarios, socavando décadas de avances en seguridad para protegerlos de piratas y delincuentes cibernéticos. Los mismos ingenieros que construyeron el cifrado del iPhone para protegerlos serían, irónicamente, ordenados a debilitar esa protección para dejar menos seguros a nuestros usuarios.
Apple indica que el gobierno quiere remover el cifrado e implementar una clave que pueda teclearse electronicamente. Este podría hackearse por medio de fuerza bruta con la ayuda de una computadora.
En pocas palabras, con este backdoor el gobierno accedería a mensajes, datos sensibles e incluso tendría la posibilidad de espiar a los usuarios por medio del micrófono del iPhone, sin que estos se den cuenta.
La empresa de Cupertino dice que hasta ahora, no hay indicio de que alguna compañía estadounidense haya sido forzada a exponer los datos de sus usuarios a un ataque.
Aunque creemos que las intenciones del FBI son buenas, sería un error que el gobierno nos forzara a construir un backdoor en nuestros productos. dijo Tim Cook al cierre de su carta.
La empresa no se tomará las cosas a la ligera, aunque las presiones podrían llegar en el lado económico. En estados como Nueva York o California ya se estudia el multar a fabricantes que vendan teléfonos cifrados.
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