La pesca es una actividad ancestral que prácticamente no ha evolucionado durante los últimos siglos. El principio sigue siendo el mismo: ir a una formación de agua de dimensiones amplias con algún banco de peces, navegar a una zona que por intuición se considere idónea, lanzar la caña o red y esperar a que piquen el anzuelo. Ahora, gracias a los smartphones eso podría cambiar.
Un grupo de científicos holandeses y estadounidenses han publicado en la más reciente edición de Geoscientific Instrumentation, Methods and Data Systems (GI), los detalles sobre una nueva creación de su autoría que permitiría eficientar considerablemente los ritmos de pesca a nivel individual.
Su juguete, descrito por Eureka Alert se trata de una caña de pescar equipada con un sensor térmico, que a su vez es capaz de conectarse mediante bluetooth a un smartphone. Una aplicación coteja la temperatura detectada sobre el área de pesca, los registros de excursiones pasadas, la ubicación GPS del usuario y un algoritmo de calor para determinar el punto con mayor probabilidad para encontrar una buena presa.
El primer prototipo de esta caña, según relata la investigación, tomó un largo proceso para ser calibrada, pero ha logrado mejorar su desempeño hasta demostrar su efectividad, al integrar la variable de las corrientes de agua como un factor de impacto para el rastreo de bancos de peces.
En la siguiente etapa buscarán la intervención de los grandes fabricantes de cañas para podes afinar el proceso de ensamble y lanzar un producto especializado.
La idea podría significar un avance importante en ese ramo.
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