Cuando nos acordamos de que a Justin Bieber le gusta hace graffitis en las calles cuando viaja a ciudades latinoamericanas, es imposible no pensar en la nefasta influencia de algunas celebridades. Pero no todos son así, o al menos, lo intentan.
Hace algunos meses, Charlie Sheen, conocido por ser la estrella de la popular serie Two and a Half Men, confesó que está contagiado con el virus VIH y según cuenta la BBC, su declaración tuvo más impacto de lo que se podría pensar.
Quizás, uno se puede imaginar que muchos lo sospechaban, por la fama de mujeriego del actor y por sus fiestas extremas con drogas y alcohol, sin embargo, cuando Sheen dijo que el diagnóstico era seguro, las búsquedas en Internet sobre VIH se dispararon.
(cc) Big News WeeklyEn la nota citada párrafos anteriores, se explica que los analistas de las estadísticas de búsqueda en Google comprobaron que en las horas previas y posteriores a la confesión del actor, hubo 2.7 millones de visitas más sobre condones, síntomas del VIH y exámenes para saber si se está contagiado.
John Ayers, profesor de la Universidad Estatal de San Diego expresó en el Journal of the American Medical Association Internal Medicine que a pesar de que cada persona tiene el derecho de guardarse para sí mismo su diagnóstico, fenómenos como estos ayudan a generar visibilidad de un problema de salud grave.
Este efecto generado por las confesiones de las celebridades no sólo se ha dado con Charlie Sheen. Por ejemplo, la transparencia que Angelina Jolie ha tenido acerca de su doble masectomía y de las medidas que ha tomado para prevenir el cáncer también desencadenaron un aumento en este tipo de operaciones.
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