Parece el giro final de una mala película de M. Night Shyamalan, pero es probable que la humanidad no ha encontrado (oficialmente) evidencia de otras formas complejas de vida extraterrestre debido a que todas pudieron haberse extinguido hace miles de millones de años, en razón de los caprichosos ciclos planetarios, cuya ventana de "fertilidad" es relativamente corta.
Ese es el triste escenario, de acuerdo con una nueva teoría desarrollada por un grupo de astrobiólogos de la Universidad Nacional de Australia (ANU) publicada en la última edición de la revista Astrobiology.
Aditya Chopra, uno de los principales autores del documento explica, en palabras difundidas por la ANU, la obviedad de este escenario, donde las condiciones de temperatura, la distancia entre planetas, y las edades de cada constelación, darían en suma un desierto donde la humanidad podría ser la única habitante actual:
El universo tal vez está lleno de planetas habitables, y muchos científicos creen que deben estar llenos de extraterrestres. Pero en sus primeros momentos las formas de vida surgidas en todos los planetas son muy básicas y frágiles, por lo que creemos que raramente evolucionan lo suficientemente rápido como para sobrevivir.
La mayoría de los ambientes planetarios al principio son muy inestables. Para producirse un planeta realmente habitable, las formas de vida necesitarían establecerse en un entorno que sea capaz de regular sus gases de efecto invernadero, como el agua y el dióxido de carbono, para mantener las temperaturas de la superficie estables.
El estudio, también reportado por Space, que fue desarrollado con el objetivo de comprender cómo podría desarrollarse la vida en el universo, llega a la conclusión de que las temperaturas extremas de frío o calor son determinantes para originar la vida, tomando como ejemplo los casos de Venus y Marte, que hace 4.000 millones de años pudieron ser habitables antes de que se polarizaran sus condiciones de clima.
La teoría de Chopra considera que no hemos encontrado todavía señales de vida de extraterrestres debido a la franca posibilidad de que los distintos ritmos de regulación biológica en los planetas de allá afuera no están lo suficientemente equilibrados, como para favorecer en corto tiempo el desarrollo de una inteligencia superior que realice un viaje interplanetario o que invente el modo de comunicarse con nosotros.
A final de cuentas este planteamiento representa una respuesta, no favorable a la Paradoja de Fermi, al plantear la posibilidad obvia de que la extinción sea un fenómeno universal y no sólo de nuestro planeta.
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