Thorsten Wiedemann, el fundador y director artístico de A MAZE Festival de Berlín, pasó 48 horas seguidas con un headset HTC Vive de realidad virtual, como parte del proyecto Disconnected.
Wiedemann pasó dos días en el Game Science Centre de Berlín, sin experimentar nauseas, dolores de cabeza ni problemas a la vista durante el maratón de RV. Sin embargo, sí sufrió ataques de pánico cuando llevaba 25 horas, pero se las arregló para completar la tarea.
Solo durmió por dos horas y media cada mañana, en una especie de cueva llena de estrellas virtuales, la cual fue creada por la diseñadora de videojuegos Sara Lisa Vogl en su juego VR Lucid Trips. Sara también ayudó a Wiedemann escogiendo los juegos VR y demos para él.
Para evitar ir tantas veces al baño —lo cual debe ser bastante incómodo con un headset— se alimentó con suplementos líquidos, chocolate y plátanos, aunque una que otra vez comió pizza y salchichas que le llevaron un par de visitantes.
Según Widemann, lo que experimentó (pasar mucho tiempo jugando en realidad virtual) en 10 años más será algo común, acorde a los avances tecnológicos que vayan surgiendo con el tiempo. Quizá no parezca muy sano, pero puede ser posible.
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