Se siente muy lindo toparse con historias como la de Deborah para poder transmitirla a todos los lectores y lectoras de Belelú. Me encuentro con el encabezado en Forbes, que de por sí ya es muy atractivo, y luego indago en toda su historia y en cómo siendo tan joven ya es una referencia sumamente importante en el mundo de la ciencia a nivel internacional.
Tal como ella lo expone en su conferencia para TEDx, todo comenzó con las dudas existenciales que tuvo desde pequeña; el porqué del Universo y el porqué de todas las cosas. Su pasión por la filosofía y la literatura comenzó a crear una fusión extraña con las ciencias, sobre todo la física.
Cuando llegó el momento de decidir el rumbo de su carrera y al buscar la aprobación y apoyo de sus amigos, familiares y colegas, se enfrentó con el obstáculo más grande de su vida: las niñas no son impulsadas hacia la ciencia y todas las opiniones apuntaban hacia un camino profesional más femenino y fácil.
Influenciada un poco por la presión social y familiar, ingresó a la carrera e filosofía en la Universidad Iberoamericana en un intento de apartarse un poco de la inquietud sobre las ciencias. Sin embargo, se dio cuenta que mientras más luchaba contra su pasión por la física, más crecía su hambre por entender las leyes del universo.
En un arranque, comenzó a buscar universidades en Estados Unidos (en donde puedes cursar fácilmente dos carreras simultáneamente) sabiendo que ningún movimiento sería posible mientras no contara con una beca que le permitiera solventar los costos elevadísimos de la colegiatura.
Al final, fue aceptada y emprendió –dice—la aventura más grande de su vida. En Estados Unidos continuó sus estudios en la rama de la filosofía, pero esta vez alternándolos con un curso de Astronomía en donde aprendió algunos principios básicos de física y en donde conoció al que fuera su mentor poco tiempo después: el asistente del profesor, Ruppesh.
Una plática bajo un árbol en Harvard Square con Ruppesh marcó el resto de la vida de Deborah. Ella le confesó que no quería morir sin haber intentado cumplir su sueño de incursionar en la ciencia. Los obstáculos eran duros, pero gracias al apoyo de su amigo se bebió todos los libros de matemáticas y física posibles durante dos meses para pasar el primer examen.
Pasar el examen le abrió puertas inmensas a Deborah en el mundo de la física, entre ellos el contacto con el que fuera Premio Nobel de Física en 1997, Steven Chu, quien de inmediato la invitó a formar parte de su grupo para cursar el Doctorado de Física Teórica en la Universidad de Stanford, California.
Hoy, después de 2 post-doctorados e investigaciones, Deborah Berebichez es una mujer que sea involucrado de lleno en la inclusión de las mujeres en sectores dominados por la figura masculina. Ha desarrollado aplicaciones basadas en las ciencias y trabajado con grupos de niñas para que desde los 16 años desarrollen amor por carreras más complejas y con mayor futuro.
Más allá de la nacionalidad, Deborah nos enseña que la pasión debe ir siempre acompañada de un impulso que te mueva en dirección a lo que sueñas. Quiero dejarles el video de su conferencia para que no se pierdan ningún detalle de esta maravillosa mujer.
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