En mayo de este año, la escritora china de ciencia ficción Du Hong falleció de cáncer al páncreas. El caso no sería demasiado extraño excepto que el cerebro de Du Hong se mantiene criogenizado en un centro de la Alcor Life Extension Foundation, en Arizona (EE.UU).
Según los reportes (vía Venture Beat) la operación le habría costado cerca de USD $120.000. Eso sí, la fundación es responsable solo por mantener el órgano congelado y nada más.
Obviamente, las intenciones de la escritora tenían que ver con una posible "resucitación" en el futuro, siempre con la esperanza que la tecnología lo permita.
Uno de los hijos de Du Hong fue citado en el People's Online Daily de China diciendo que si bien la escritora no sabía si la tecnología del próximo siglo iba a permitir la "reutilización" de su cerebro, "ella no tuvo problemas en entregar sus restos y que sean usados para experimentación científica".
¿Demasiada ciencia ficción? Tal vez. De hecho, la publicación cita a un doctor en biología chino quien explica que hay un motivo por el cual los transplantes de órganos de un paciente a otro se realizan de forma simultánea.
Ninguna tecnología puede preservar un órgano humano por tanto tiempo. Y si no podemos probar la criogenización en órganos, ¿cómo podríamos revivir una cabeza o un cuerpo completo?
No se trata del primer caso de órganos congelados en China, aunque sí es el primero donde el nombre del paciente sale a la luz pública. La mayoría se mantiene bajo anonimato, con la esperanza de extender su "vida" más allá de la muerte física, algo que al parecer le interesa mucho a la cultura del país oriental.
Quizás si el transplante de cabeza programado para 2017 da resultados, algunas cosas podrían cambiar.
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