Tal vez Angry Birds no sea ahora lo que fue hace unos años. Durante 2014, Rovio vio como sus ganancias descendían hasta un 73%, según reporte de Reuters.
En Rovio están conscientes de la situación, pero creen que no es motivo para alarmarse toda vez que la película animada podría traer bastantes beneficios. Pekka Rantala, CEO de Rovio, reconoció que "el 2014 no fue un año satisfactorio en cuanto a los productos de consumo", pero que "la película está generando buenas reacciones tanto de nuestros socios comerciales como en los focus group" (vía IGN).
El éxito de la película podría traer consigo "un positivo impacto en las licencias futuras".
En el lado de los juegos y sus productos asociados como juguetes, la situación es algo diferente. Analistas creen que el problema para Rovio está en que actualmente hay más competencia en esa área gracias a la irrupción de Disney Infinity o los amiibos de Nintendo.
"Angry Birds como juego no es lo suficientemente avanzado como para que un 'juguete inteligente' tenga éxito, ya que como jugador es difícil crear una relación a largo plazo con el juego", según Steve Bailey de IHS Technology.
El mismo Bailey cree que la película y sus resultados de taquilla serán un indicativo de cuanto impulso le queda a la marca Angry Birds.
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