Un programador ha logrado vulnerar la aplicación de Tinder a través de un perfil femenino falso, provocando que un considerable número de "víctimas" heterosexuales iniciarán conversaciones entre ellos mismos, creyendo que charlaban con una chica más que dispuesta, cuando en realidad del otro lado de la pantalla sólo estaba otro pobre incauto, demostrado uno de los lados más curiosos de esta plataforma.
A esta altura Tinder ya se ha convertido en un territorio hostil, incluso para sus usuarios más devotos: los adultos mayores de 30 años, quienes ahora deben pagar más por seguir persiguiendo la expectativa del ligue. Ahora, un programador residente del Estado de California, que por razones obvias se mantiene anónimo, ha publicado los resultados de un interesante "experimento" social, en donde logró hackear Tinder, para engañar a algunos usuarios y haciéndolos conversar entre sí, bajo la falsa idea de que estaban por conquistar a una chica.
El perfil apócrifo de Tinder logró iniciar más de 40 conversaciones entre hombres dentro de las primeras 12 horas, lo más curioso, según afirma el hacker en "su informe", es que realmente los hombres tardaban bastante tiempo en darse cuenta del engaño, y que por el contrario alimentaban mutuamente la conversación de coqueteo.
Cómo lo hizo
El proceso fue relativamente sencillo: el programador alteró la API de Tinder, creando un perfil femenino falso que haría que los hombres heterosexuales que le dieran Like hicieran match de inmediato con "la chica", cuando en realidad sólo vinculaba las cuentas entre ellos, de manera que ambos entablaban conversaciones de ligue viendo en la ventana de chat los datos del perfil falso, provocando desencuentros curiosos. Las charlas, entre atrevidas, directas, agresivas e involuntariamente cómicas, dejan en claro que el cortejo sutil no es la especialidad de la comunidad masculina de Tinder.
El objetivo de este movimiento, según revelan los amigos de The Verge, donde es posible ver una selección de los mejores (o peores) chats, era el de darles a los hombres una cucharada de su propia medicina, teniendo un encuentro directo con el lenguaje y estrategias de ligue que utilizan comúnmente con las mujeres en este clase de aplicaciones, para observar la forma en que reaccionan, aunque es probable que haya surgido más de un bromance a partir de ahí.
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