La guerra del gremio taxista contra Uber y Cabify abre un nuevo episodio con la intervención de las autoridades del Estado de México, quienes oficialmente han prohibido la operación de estas unidades en su territorio, reconfigurando la situación de este conflicto al centro del país.
Luego de las protestas generadas al inicio de la semana, Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, ha hecho el anuncio oficial confirmando que no permitirán la operación de Uber en la entidad bajo su cuidado:
Hay más de 100 mil taxistas en el Estado de México que tienen un empleo decoroso en el que se arriesgan a veces. El servicio de Uber no está formalmente autorizado en el Estado, pero les digo que vamos a escucharlos, vamos a estar atentos a sus comentarios, pero no vamos a tomar ninguna decisión sin escuchar a la Asociación de taxistas que prestan el servicio legalmente. No vamos a permitir la competencia desleal en el estado.
Las declaraciones fueron realizadas por el gobernante en el marco del evento de arranque de funciones de la unidad de Estudios Superiores de Ecatepec, aprovechando la ocasión para hacer un llamado a los transportistas normales, que cuentan con una concesión legal vigente, para que mejoren su servicio y la atención hacia los usuarios, los cuales son considerados algunos de los factores principales por los que Uber ha adquirido su popularidad.
Al argumento de la competencia desleal de Ávila Villegas, se terminó agregando otro, en donde el gobernante señaló que los taxistas mexiquenses sí tienen el derecho de prestar sus servicios por el hecho de que llegaron y se establecieron primero que Uber, tramitando los permisos legales correspondientes para prestar su servicio como taxis, es por ello que el gobierno local los respaldará.
Estas razones nos remiten directamente a esa reciente cápsula animada del caricaturista Paco Alamaraz donde ilustra una postura interesante (y más consistente) sobre este conflicto:
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