El proceso de sueño en el ser humano normalmente es concebido como un espacio a través del cuál es posible descansar para recuperar energía, sin embargo, un grupo de investigadores ha encontrado también que durante ese lapso es posible desaprender algunas ideas con sesgo sobre la raza o el género de los individuos. Al más puro estilo de Eternal Sunshine of the Spotless Mind, esta proceso permite borrar prejuicios.
El Test de Asociación Implícita (TAI) es una prueba desarrollada hace más de una década, con la finalidad de medir el sesgo y prejuicio entre determinados temas. Se trata de una especie de juego en el que se relacionan una serie sucesiva de imágenes con palabras a un ritmo veloz, en el menor tiempo posible, bajo el objetivo de disminuir el grado de respuesta consciente del individuo, para dar con el núcleo de la asociación inmediata entre los términos. Este proceso fue la base del estudio, publicado en Science Magazine.
El método conductista
Lo interesante de todo esto es cómo dieron con el cambio: los investigadores de la Universidad Northwestern, aplicaron una serie estándar de pruebas TAI a un grupo de 40 estudiantes de raza blanca, mostrando a la primera mitad imágenes de afroamericanos y arios, asociadas con palabras negativas y positivas, respectivamente. Mientras que al resto les mostraron retratos de mujeres y hombres, relacionados con términos de ciencia y arte. Comprobando en ambos casos el nivel de prejuicio, que llegó al promedio de 0,55, en una escala del 0 al 1.
Se procedió a informar a los participantes sobre el sesgo que mostraron y luego repitieron la prueba, ya conscientes de su prejuicio, eligiendo las correlaciones no discriminatorias, con una máquina emitiendo un sonido cada vez que realizaban una asociación positiva de raza o género.
Posteriormente los sujetos de estudio fueron sometidos a una siesta de 90 minutos y durante la fase de sueño profundo se reprodujo en lapsos fijos el sonido de la máquina cada vez que realizaban una asociación sin prejuicio negativos, con el objetivo de lograr una consolidación de los recuerdos mediante el sueño. La reproducción del sonido sólo se le aplicó a la mitad del grupo, a la otra mitad no.
Al despertar, todos los sujetos repitieron la prueba TAI, descubriendo que en aquellos que escucharon el sonido durante su sueño sus promedios de sesgo y prejuicio se vieron considerablemente reducidos, bajando a los 0,17, mientras que aquellos que no escucharon nada siguieron con exactamente la misma asociación de ideas.
Estos resultados son muy preliminares y no profundizan sobre el proceso mental preciso que se genera durante esta modificación en la asociación de ideas para borrar el prejuicio aprendido. Pero representa un avance interesante en este terreno.
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