Steve Ballmer, aquel CEO de Microsoft que se vio obligado a tomar el relevo del barco y hacer historia, una vez que Bill Gates decidió dedicarse a gastar sus millones, ha hablado por primera vez a detalle de su experiencia dirigiendo a la compañía, revelando que en realidad Surface y Windows Phone fueron los factores más determinantes para mellar su relación con el fundador de la compañía.
En una entrevista exclusiva con la gente de Bloomberg TV, Ballmer reveló cuál fue su experiencia al momento de comenzar a dirigir la compañía, señalando que hubo momentos de duras fricciones con Bill Gates, pero que el punto del distanciamiento habría llegado al momento decidir qué hacer con sus productos físicos:
No sabía cómo manejar a Bill, no estoy seguro si alguna vez aprendí a hacerlo. Pero nos distanciamos. Hubo un punto de desacuerdo fundamental sobre qué tan importante debería ser nuestro negocio en el área del hardware. Yo impulsé la Surface, aunque la junta ejecutiva estuvo poco dispuesta a respaldarla, pero las cosas llegaron a su clímax cuando abordamos el asunto de los smartphones.
Ballmer no dio detalles sobre qué fue lo que se discutió acerca de Windows Phone, pero a la distancia es evidente que las cosas no funcionaron en esa rama del negocio, donde Microsoft no logró posicionarse, aunque con Surface parece que todo va mejorando.
Es curioso cómo cambian las cosas. Los amigos entrañables pueden volverse enemigos, y los productos que podrían parecer intrascendentes, como la línea Surface, de repente luce más atractiva y empáctica con los usuarios que los nuevos productos de Apple.
Microsoft parece que cruza por un buen momento, aunque todos concuerdan en una verdad ineludible: su incursión en el negocio de la telefonía móvil fue un fracaso unánime.
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