Llegó a Chile y a gran parte de Latinoamérica el último Moto Z de parte de Motorola y Lenovo. El buque insignia de ambas compañías, cuya principal particularidad va más allá de las buenas prestaciones técnicas que ofrece, ya que también ha apostado por desenvolverse en el área de los accesorios modulares, aunque desde una manera distinta a lo visto por la competencia.
¿Qué es lo nuevo?, ¿qué hace de especial a los equipos de la línea Z? Pasamos a revisar a continuación.
Diseño que ya comienza a ser un estándar
En cuanto a la conformación del equipo, hay poco que diferenciar en cuanto al tipo de estructura que ofrece el Moto Z si lo comparamos con el G4 Plus, por ejemplo. Un aspecto que se debe gracias a la pantalla de 5,5” y el grosor de apenas 5,2 mm. Sin embargo, las distancias (lógicas) provienen gracias a la calidad del panel QHD, además de su fabricación de aluminio aeronáutico militar y acero inoxidable, que le dan un agarre bastante preciso y firme al equipo.
Con respecto a su hardware, poco llamativo en cuanto a la novedad, pero no por eso menos potente: Un Qualcomm Snapdragon 820 con 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento, que son más que suficientes para hacer correr al teléfono y a Android, que como ha venido siendo la tónica con Motorola, presenta una interfaz limpia y muy cercana a lo que nos podemos encontrar en teléfonos como los Nexus (o posiblemente con los nuevos Pixels).
En cuanto a la cámara, disponemos de un lente de 13 MP con estabilizador óptico de imagen y enfoque automático láser. Elementos que marcan la diferencia al momento de tomar una fotografía en condiciones naturales, como por ejemplo ante algún movimiento. Por su parte, la frontal es de 5 MP que resulta suficiente para el caso de alguna selfie.
Moto Mods
Pasamos entonces tras conocer los elementos de hardware al factor diferenciador: Moto Mods. Se trata de la opción de conectar módulos inteligentes intercambiables gracias a 16 pines magnéticos, y de los cuales en primera instancia podemos contar con los siguientes: Hasselbald True Zoom, que es una cámara con zoom óptico de 10x y flash de xénon, además de contar con un modo TAW; el JBL Soundboost, un parlante extra con una autonomía de 10 horas y que permite compartir audio con nuestro teléfono; el proyector Insta-SjareProjector, que otorga una imagen de hasta 70” y una autonomía de una hora; y el power pack, una batería extra de 2.200 mAh.
Si bien es cierto que no es el primer equipo que dispone de este tipo de accesorios, la experiencia cambia cuando se prueba cada uno de ellos. Si a diferencia de la competencia, debemos apagar nuestro dispositivo o realizar una “transformación” más profunda, en este caso realmente nos encontramos con unos módulos que se acoplan fácilmente, y que podemos ver de qué forma se adaptan en los siguientes videos.
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Lo hecho por Motorola en este sentido es un paso interesante, porque logra profundizar las opciones con Moto Z con un principio básico para cualquier usuario: Facilidad. Hacer el uso de los Moto Mods es algo que no toma más de un segundo y son perfectamente transportables por los usuarios.
Tanta maravilla, ¿a qué precio?
Quizás el punto más en discordia ante el nuevo Moto Z es su valor. Si bien ya se puede conseguir en Chile en Movistar y WOM y en tiendas como Falabella, el equipo llega a un precio de CLP$ 649.990, en un paquete que incluye un Style cap (carcasa) y el Mod de la batería.
Por su parte, los Moto Mods de manera individual tienen estos precios:
- Incipio Power Pack: CLP $69.990
- JBL SoundBoost: CLP $109.990
- Hasselblad True Zoom: CLP $229.990
- Insta Share Proyector: CLP $299.990
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