Por años se han discutido los factores científicos detrás del comportamiento de los mosquitos para elegir a sus "víctimas". Las picaduras de estos insectos pueden ser molestas en la mayoría de los casos, pero también representan un peligro potencial para la transmisión de algunas enfermedades.
El misterio siempre ha sido el proceso que siguen para preferir a un individuo sobre otro, los avances en este terreno hasta la fecha sólo habían podido concluir, de manera parcial, que el sentido del olfato de cada mosquito representaba un factor determinante. Ahora se ha dado un paso más certero en esa misma dirección.
Un estudio reciente, publicado en PLOS One, reveló que la preferencia de los mosquitos de hecho tiene que ver con la genética de cada persona, la cual determina la estabilidad y forma del aroma individual, encontrando un patrón directo entre el ritmo de cambios en el olor del sujeto y la inclinación de los mosquitos por cada uno.
El experimento para comprobarlo fue relativamente simple: se reunió a un grupo 40 parejas de gemelas, de entre 50 y 90 años de edad, que fueron expuestas a las picaduras de mosquitos en ambientes controlados. La decisión de utilizar gemelas, correspondió a la intención de usar sujetos de prueba cuya composición genética fuera prácticamente idéntica, contrastados con otra porción de mellizas con ligeros diferencias, para dar con el factor exacto que marca la preferencia.
Los resultados demostraron que aquellas gemelas idénticas genéticamente tenían prácticamente el mismo promedio de picaduras, mientras que las mellizas con ligeras diferencias en sus genes presentaron patrones dispares entre ellas. Sentando las bases para llegar a dos conclusiones:
- 1. La genética relativa al aroma de cada individuo es un factor determinante para que los mosquitos elijan a quién picar.
- 2. Necesitarán hacer un estudio más elaborado para dar con las causas exactas.
La temperatura corporal, el sudor, las bacterias en la piel e incluso el consumo de bebidas alcohólicas son señalados como factores circunstanciales que detonan la inclinación de los mosquitos por los suejetos. Esta clase de estudios pueden servir como antesala para avances médicos más importantes, como el proyecto más reciente del Cinvestav en México, donde buscan contener la propagación de la malaria a través de la comprensión genética que compone a los mosquitos.
Ya saben, si los mosquitos los pican mucho pueden culpar a sus padres.
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