Estudio plantea que la adicción al porno no es real

¿Es posible convertirse en adicto a la pornografía? Si existe la adicción a los juegos de azar, es válido pensar que la pornografía también podría crear dependencia en personas que consumen este tipo de contenido regularmente.

Hay estudios que plantean que el porno sí puede generar adicción, sin embargo, una investigación reciente hecha por profesionales en neurociencia de la Universidad de California en Los Ángeles, asegura que la realidad es otra.

Para llegar a esta conclusión, los especialistas a cargo de este estudio consideraron investigaciones anteriores e hicieron distintas pruebas para estudiar las reacciones del cerebro ante la exposición a contenido pornográfico.

Como se detalla en un artículo de The Huffington Post, el cerebro reacciona de forma similar cuando la persona es adicta a la cocaína, al alcohol o a los juegos de azar, pero en el caso de la pornografía, las resonancias magnéticas no exhibían el mismo tipo de actividad cerebral registrada en adicciones como las que se nombra anteriormente.

(cc) Matthew Hurst / Flickr

Muchas personas que participaron de este estudio afirmaban que eran adictas a la pornografía, pero al observar los resultados de los análisis, los especialistas notaron que al estar expuesto a este tipo de imágenes, el cerebro de estas personas no mostraba un cambio en la intensidad de la respuesta emocional.

En otras adicciones, como al cigarrillo o al alcohol, el cerebro de las personas se sensibiliza en cierto sector cuando se les expone a imágenes relacionadas a su adicción, pero en el caso de la pornografía, esta reacción no existía o, incluso, a veces disminuía.

Como se asegura en este estudio, los cerebros de las personas que consumen pornografía regularmente no se sensibilizan ante este tipo de contenido, pero como hasta ahora los médicos consideraban esto como una adicción, los tratamientos para estas conductas no eran los indicados.

A pesar de que médicamente puede no ser una adicción, los investigadores plantean que la necesidad incontrolable de ver pornografía debe ser tratada desde otro ángulo, analizando las causas y las implicancias de ese comportamiento.