Desde que algunos se dieron cuenta de que las redes sociales eran plataformas efectivas para hacer dinero, comenzó a impulsarse un negocio que genera millones día a día. Pero, ¿cuáles son los límites?
Hay una tendencia que plantea la idea de que los perros, perfectamente, pueden ser parte de ese negocio. Aunque hay personas que están en desacuerdo, es un hecho que los perros famosos en Instagram son un "producto" atractivo para los que se hacen llamar dog lovers en la red.
Por ejemplo, está el caso de Boo, un pomerano que conquista las redes sociales con su cara adorable. Algunos lo llaman "el perro más lindo del mundo" y como detalla la sección de negocios de Time, además de tener millones de seguidores, Boo tiene libros y una línea de juguetes. Sí, tal cual.
También está Tuna, un chihuahua que se ha ganado los likes con su particular "sonrisa": sus dientes no son muy convencionales y eso lo ha convertido en rostro de memes y en la adoración de 1.7 millones de personas que lo siguen en Instagram.
Su dueña, Courtney Dasher, publica fotografías de Tuna disfrazado, de él con su libro (también tiene libro), de los dibujos que le hacen sus fans y muchas cosas más. Según ella, su objetivo es "hacer sonreír a las personas", pero de todas maneras, el dinero que reúne con todo el merchandising seguramente también la hace sonreír a ella.
Amamos a los perros y nos encanta que aparezcan en nuestro inicio de Instagram, pero tenemos dudas sobre si es necesario crear todo eso que rodea a estas mascotas sólo para ganar dinero. ¿Hay alguna diferencia con otro tipo de explotación animal?
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