Ayer el mundo del fútbol se conmovió por el campeonato del Leicester City en Inglaterra. En una competencia donde las victorias épicas están siempre más asociadas a los nombres de las grandes estrellas, que un equipo de segundo o tercer orden consiga una gesta como la de DON Claudio Ranieri es algo de otro mundo.
Un mundo que algunos ya conocemos: el de FIFA, el de PES, el de Football Manager.
Y es que los que venimos del mundo del fútbol virtual quizás estamos acostumbrados a llevar a equipos corneta de media tabla a niveles insospechados. Hace unos años, gané una Champions League con el Rayo Vallecano donde Kevin Gameiro lo hacía todo (Gameiro, para los que no sepan, está cerca de disputar otra final de Europa League con el Sevilla). El jugador francés en FIFA 13 costaba barato, tenía un par de stats interesantes (buena definición y un regate decente) y con una decena de goles en media temporada su nivel se fue a las nubes.
"Only in Football Manager" they said... http://pic.twitter.com/tgMGW9PPrw
— Football Manager (@FootballManager) May 2, 2016
Más atrás en el tiempo, cuando PES y la Master League eran lo máximo en el fútbol virtual, hice una gracia similar con el Albacete. El patrón era similar: partir en segunda división con jugadores regulares/malos pero en las manos de alguien que sabe jugar. Un par de contrataciones de jugadores clase “sobras" del Barcelona o Real Madrid, harta práctica y el triunfo es algo cercano.
Football Manager es quizás un poco más complejo por tratarse de un juego de gestión donde no todo es habilidad con los dedos, pero tampoco es imposible. Hacer a Unión San Felipe campeón de la Libertadores es una gesta compleja, pero con la suficiente dedicación sí se puede.
La cuestión es que todos los ejemplos anteriores están asociados a un mundo de fantasía. Esas gestas virtuales siguen siempre el mismo patrón (habilidad con las herramientas del juego) y pocas veces consideran el contexto externo, donde por ejemplo, Luis Suárez hace 40 goles por temporada o donde el Bayern no le presta la pelota al rival en todo el partido. En los juegos de fútbol, anular a Messi es más fácil. En FIFA, la defensa extrema del Atleti resiste un poco menos. En el fútbol virtual, salir campeón no está limitado a los mismos de siempre.
Y por eso, el triunfo del Leicester es tan raro y a la vez tan familiar. Porque a tipos como Vardy, Mahrez o Schmeichel no los quería nadie, no le importaban a nadie y solo en un universo como el de Football Manager o PES o FIFA era factible que se convirtieran en campeones. Hasta ayer.
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