La industria del smartphone y otros dispositivos móviles se encuentra urgida de desarrollar una nueva clase de batería, capaz de mantenerse activa por largos periodos de tiempo y cuyo reciclaje sea menos problemático que el de las actuales.
Es por ello que un grupo de investigadores de la Universidad de Wageningen y la Universidad de Wetsus en los Países Bajos, ha creado una nueva alternativa poco convencional pero original sin duda alguna, ya que basa su funcionamiento y recarga de energía en el uso de bacterias.
La investigación que describe el funcionamiento de este prototipo, se ha presentado en el último número de Environmental Science & Technology Letters, en donde el equipo de científicos, bajo la coordinación del doctor Sam D. Molenaar, prospectan las posibilidades de este nuevo enfoque tecnológico, que podría resultar más funcional incluso que la energía solar, ya que estaría disponible las 24 horas del día.
Los investigadores combinaron, por primera vez, dos sistemas de energía microbianos por separado: uno que utiliza bacterias para formar acetato a partir de electricidad y otro para convertir ese mismo acetato producido de nuevo en electricidad.
Imitando los ciclos de producción de energía solar a lo largo de distintas pruebas, los investigadores encontraron que la densidad de energía de la batería microbiana podría ser competitiva con las tecnologías convencionales de la actualidad, ya que su costo de producción es menor que el de una batería convencional para dispositivos móviles.
De manera que algún día el nuevo iPhone de Apple o Galaxy de Samsung podría incluir una batería bacteriana.
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