No hay sistema operativo perfecto o libre de errores, pero que un bug exista por poco más de 20 años es algo excesivo y ese ha sido el caso de Windows que permitía que por medio de una conexión a una impresora en la red local, un atacante pudiera infectar al equipo con malware.
Esta vulnerabilidad, según explica Ars Technica, residía en el protocolo para conectar e instalar el software necesario para las impresoras e imprimir los documentos, llamado Windows Print Spooler. La firma de seguridad, Vectra Networks se encargó de descubrir que este protocolo no autentificaba correctamente a las impresoras al instalarlas de ubicaciones remotas, lo que hacía que hackers usaran diversas técnicas para instalar malware en lugar del driver legítimo de las impresoras. La gravedad era tal, que permitía que otros dispositivos se hicieran pasar por impresoras, para infectar y atacar a los equipos que se conectaran a una red local o LAN.
Los investigadores de Vectra probaron esta vulnerabilidad en una gran variedad de dispositivos con Windows, desde Windows XP, Windows 7, Windows 2008; para asegurarse que el problema estuviera presente y pudiera mitigarse o repararse por medio de un parche, cosa que Microsoft realizó esta semana al lanzar una actualización al respecto.
No importa que Windows tengan en su PC, asegúrense de tener las más recientes actualizaciones para no ser víctima de esta falla.
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