Durante los últimos meses la NASA no ha dudado en mostrarse entusiasmada con sus planes de exploración espacial, fijando su mayor meta hacia el planeta rojo Marte, pero un nuevo estudio desarrollado por un grupo de científicos terminaría por agregar una capa adicional de peligro mortal a las aspiraciones de la agencia espacial.
La investigación, publicada en la más reciente edición de Scientific Reports, señala que realizar un viaje al espacio profundo en realidad sería mortal para los humanos, ya que la radiación recibida por el cuerpo terminaría causando una serie de fallas en el sistema cardiovascular que derivarían en la inevitable muerte de los exploradores.
El fundamento principal para llegar a esta conclusión es el propio historial clínico de los astronautas que han participado en la emblemáticas misiones Apollo, donde tres de los siete participantes históricos han fallecido a causa de una enfermedad cardíaca, en donde su exposición a la radiación del espacio sería la culpable de su muerte a largo plazo.
Suena a una conjetura aventurada, pero los científicos, dirigidos por el profesor Michael Delp de la Universidad de Florida, decidieron montar un experimento, donde bombardearon a un grupo de ratones con la misma clase de radiación a la que se vieron expuestos los astronautas, descubriendo que a seis meses del impacto ya habían desarrollado problemas en su sistema circulatorio.
El documento llega incluso al grado de comparar estadísticamente la correlación de fallecimientos entre aquellos astronautas que han ido a espacio profundo y lo que sólo han viaja por la baja órbita, encontrando que aquellos que ido más lejos poseen una tasa de mortalidad por enfermedad cardíaca cercana al 43%.
Ser astronauta es una pasión extrema.
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