Los trabajadores de Apple acaban de dar una muestra interesante de lealtad y convicción por los ideales de la compañía, al revelar a través de diversos medios que no importa cuál sea el resultado del proceso de apelación contra el FBI: si el gobierno intenta obligarlos a instalar un backdoor que vulnere la seguridad de cualquier iPhone ellos renunciarán antes que cooperar.
Todo se origina a partir de un reportaje exclusivo de The New York Times, en donde el diario ha contactado a diversos ingenieros, empleados vigentes y antiguos trabajadores de Apple, quienes han confirmado de manera separada y coincidente su intención por abandonar el barco si el gobierno intenta forzar una violación oficial a la seguridad de iOS.
El diario asegura que al interior de la compañía se vive un ambiente donde la mayoría se mantiene en contra del sistema y dispuesto a refutar las disposiciones oficiales del gobierno, fieles al espíritu de Steve Jobs y Steve Wozniak. Panorama que se refuerza por las declaraciones de Jean-Louis Gassée, viejo ingeniero de software de Apple, quien se manifiesta seguro de que los empleados se resistirían a una imposición de esta clase.
Por parte de Apple, la única postura oficial que se tiene, más allá de las entrevistas que ha dado Tim Cook en recientes fechas, es la carta abierta a sus clientes, en donde informa de la perspectiva y potencial de este peligro.
Faltan cuatro días para conocer la resolución final de esta lucha.
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