A sus 22 años Michel Sayman, de madre boliviana y padre peruano, es uno de los empleados más jóvenes de Facebook, pero desde muy pequeño ha conseguido generar un impacto en tecnología.
Con sólo 14 años y una adicción por el juego de multijugador de Disney Club Penguin, Sayman creció para convertirse en otro de esos extraordinarios casos de reclutamiento de las principales empresas de tecnología.
Como muchas historias de niños prodigios, los orígenes de Michael Sayman son bastante humildes respecto a sus logros.
Apenas un año y medio de que Steve Jobs anunciara el lanzamiento de la tienda de aplicaciones de iOS, Michael trabajaba desde la cocina de la casa de sus padre en un blog en Wordpress donde compartía consejos y trucos juegos. Sin embargo, su ambición no paró allí y buscó formas de aumentar el tráfico desarrollando una aplicación móvil.
Debido a que no es un contenido que habitualmente se encuentre en las salas de clase, Michael se autoeducó aprovechando los tutoriales que pudo encontrar en Google. Aunque asegura que no fue la mejor de las experiencias para un correcto desarrollo del aprendizaje.
Con lo aprendido, Michael se enfrentaba a otro obstáculo mucho más difícil para él: los USD $100 correspondientes a la cuota de registro. Aunque la familia no estaba pasando por buenos momentos económicos, su madre le proporcionó el dinero necesario para su inscripción.
Se estima que en marzo de 2010 existían 1500 aplicaciones disponibles para iOS, variable que posiblemente ayudó a que pronto se ubicara entre las 10 aplicaciones más descargadas en dispositivos de Apple.
Su llegada a Facebook
No hay que ser particularmente inteligente para que Facebook tenga conocimiento de alguien, pero en el caso de Michel Sayman, hasta Mark Zuckerberg estaba emocionado de conocerlo.
En abril de 2013 un reclutador de facebook se acercó al aún adolescente para pedirle que postulara a un internado de verano, donde completó su educación asistiendo a conferencias de desarrolladores y visitando las distintas oficinas y departamentos de Facebook. "Era como Disney World para gente que le gusta la tecnología", declara en sus entrevistas.
Pasados los años Michael fue escalando posiciones a medida que iba a prendiendo más bajo el alero de Facebook, al punto de que ser seleccionado personalmente por Zuckerberg para dar charlas en las conferencias de desarrolladores propias de la red social.
Sin embargo, hasta el día de hoy recuerda que en su primera entrevista con el fundador de Facebook una de las primeras cosas que le dijo que que no le gustaba trabajar. "No sé por qué dije eso", reconoce.
"Es sólo una aplicación estúpida, pero el hecho de que creé algo a partir de nada y cambié la vida de alguien en alguna manera estúpida e insignificante es el mejor sentimiento que existe", explica hoy con 19 años y sin sus frenillos característicos.